HOPEFLIM: El mismo amanecer.

HOPEFLIM: El mismo amanecer.

sábado, 10 de agosto de 2013

Capítulo 3: Algo se ha ido en mi vida...o puede que toda mi vida se haya ido, volando.

*En capítulos anteriores*
No, no puede ser, él no.Todas las circunstanciaIs le apuntan a él pero..¿Cómo?¿Y que tiene que ver el mensaje de la carta con él y conmigo?¿Y por qué he de recordar algo de lo que ni si quiera me acuerdo? Comienzo a sentir mucho frío, y me encojo como si todo los que rodea empezara a ser desconocido y a acosarme sin razón; todo es abrumador y se confunde en mi cabeza, demasiados datos...Un segundo de quietud y me desmayo.


-¡Policía abra la puerta!
Saco la cabeza por un hueco de la manta y se me congela la cara, intento incorporame y me quedo sentada con la manta en las rodillas, se me enfria el resto del cuerpo y me quedo inmovil un par de segundos, estoy en una esquina de la alfombra, tirada en el suelo, con una manta que probablemente ya estaba ahí, sigo con la misma ropa de cuando llegue al pueblo, recuerdo que me quedé dormida con ella, y bueno llevo durmiendo desde ayer por la mañana, que me desmayé y ahora serán entre las cinco y media y las seis y media de la mañana porque desde aquí se ve la venta, y está apunto de amanecer; espero, espero...y por fin vuelvo a la realidad, hago un giro  brusco con el cuello y seguidamente con el resto del cuerpo, me doy cuenta de que me he despertado porque alguien gritaba en la puerta y esa voz acaba de tomar forma en mi cabeza. El corazón me va a mil y las piernas se me tambalean, estoy apunto de caerme, me agarro del pomo de la puerta y la abro con urgencia.
-Oh sí, señor agente, deténgame en seguida.-Digo mientras me apoyo en la pared.
-He he he, que cara de culo se te a puesto ¿eh?.-Se ríe.
-En fin, pasa que se me queman los macarrones.
-¿En serio Amanecer, en serio?
-Vale son de sobre ¿¡Y que pasa!? Me vas a detener por eso ¿O qué?.-Bromeo.
-¿Mane, estás bien?Son las seis de la mañana¿De que macarrones me hablas?-
Se limpia los pies en el felpudo y pasa delante de mi, mi cabeza todavía no ha vuelto a la normalidad pero ahora todo empieza a tener sentido, solo hay una cosa que falla, ¿Que hace Sheila a las seis de la mañana en mi casa?
Me apoyo en la barandilla de la escalera y observo como se pasea por la casa, con esa cara estirada y las manos en la espalda, parece un inspector de sanidad, que inocente. Me río.
-¡Eh tu! inspector de sanidad. -Me mira.-¿Quieres desayunar? -Pero ella ya se ha adelantado y se está comiendo el desayuno que me hizo mi padre ayer. Suelto la manta y me acerco, me bebo el zumo de un trago antes de que se lo acabe y me levanto para coger la manta porque vuelve ha hacer frío. Si, estoy en una zona en la que siempre hace calor, pero mi padre construyó esta casa el mismo con materiales que hacen que haga frio ¿Tenía motivos? No lo creo...En realidad nunca me he parado ha pensarlo, solo es frio y...y...el frío me debilita. Nunca había pensado asi. Nunca. Pero es mejor que el centro de adopción.
Está Amaneciendo.
-¿Qué haces aquí tan pronto?-Digo sin entusiasmo.
-Amanecer, me levante esta mañana muy pronto por la llamada de tu padre, no se si debería contártelo pero no la tomes con tu padre por mucho odio que sientas hacia el después de la noticia, piénsalo.Y bueno ya casi no me queda mucho tiempo para hablar tenemos que irnos a mi casa antes de que mi madre sospeche que me he escapado, pero escúchame bien, es tu abuela; Tu abuela lleva tiempo enferma, demasiado, tu padre te lo ocultó para que no te preocupases. No. Te lo ocultó y punto–.Shelia me coge una mano, pero estoy muy concentrada en sus palabras, es valiente, pero muy inmadura.Me concentro en su larga melena rubia, que le rodea la cara y contrasta con su pien ligeramente morena, sus palabras me sobre pasan y una en concreto, 'Degeneracion ósea'–.La enfermedad avanza, no quiere ir al hospital, no se mueve de la cama, no come, no bebe, no habla, la situación es desesperante...Amanecer ¡Quiere morir! Será mejor dejarla, no cambiará de opinión.
¿Volver a desmayarme? No, no hay tiempo. ¿Morir? Vamos, es mi abuela, es lusión J.Rowlling, no caería tan bajo después de tantos consejos sobre la vida...Esto no es otro de sus consejos, es algo diferente y tengo que averiguarlo.
Noto la presencia de Sheila pero no la veo, estoy a más de cien pasos de mi casa y doy gracias a que sigo vestida. Intenta detenerme, con esfuerzos fallidos y sin interrupción. Siento su aliento en mi nuca, no la oigo, mis pensamientos vuelan en mis orejas, reinan en mí y hacen que no me de cuenta ni de que estoy corriendo por la carretera. Lo último que veo es un brillo, luz entrecortada.
Los pensamientos abandonan mi cuerpo, pero el miedo me invade, no he cerrado los ojos en ningún momento. Más brillos, pero diferentes al brillo rojo con ruedas que se ha chocado con migo, son ojos que me observan sobre mi y no me permiten ver la luz. Solo me he chocado, suerte que el coche paró a tiempo, aparto a la gente y empiezo a correr más rápido que antes. Recuerdo que una de las cabezas que no me quitaban ojo mientras estaba en el suelo metros a tras era la de Martín, él me ha atropellado.
No puedo parar de imaginar todo lo que habrá pensado la gente, quizá que estaba muerta, inmóvil y con los ojos abiertos.Pero ahora no tengo tiempo de pensar en eso, tengo un problema peor, y es que ahora Martin estará recorriendo cada uno de mis pasos, y no se para que porque aunque me haya atropellado él es impredecible. Toso un poco de sangre y siento ligeras punzadas en las rodillas. Intento concentrarme en lo que tengo detrás.
Pasos de Sheila...Pasos de Martin...Pasos de Sheila...Pasos de...¿De quién?
–Sheila–.Sólo es un grito ahogado producido por el miedo.
Sheila responde y creo que me ha dicho algo importante, algo como ‛Si Fer te mintió sería por algo‛, pero no lo he oído bien.
Se acaba la calle y el camino también. Ya estoy  pisando la hierba y me giro, el viento me atraviesa y mi enredado pelo negro me cubre.Me lo aparto y al fin consigo ver a Sheila, y a Martin, pero...¿Y los otros pasos? Mi mente desordenada me hace uir, lo último que veo es a Sheila al principio de esa calle vieja y estrecha, a Martin hablándome al frente y yo caminando lentamente hacia la casa de mi abuela, que vuelve a brillar una vez más.
-Amanecer vuelve a casa, ahi no hay nada-.¿Nada? Está mi abuela muriéndose, eso ya es algo, aún así me extraño, solo por la forma en la que lo ha dicho, y bueno, espera, que casi me creo lo de la mano, como me la ha agarrado, con sutileza y agilidad, en serio esa faceta de chico enamorado pidiendo que me quede a su lado no la conocía, ha recurrido a algo que sabe que me debilita, mi punto débil, solo para...¿Para que no valla con mi abuela?A partir de este momento todo lo que digo y oigo me suena a locura.
-¡Para!–.Le ordeno y se une a Sheila en la amenaza colectiva de miradas, y tan solo es durante un instante pero me doy cuenta de todo, sus ojos son identicos, se tiñen de un mismo color nego, desde la pupila hasta una franja blanca brillante que los rodea, hasta llegar a una parte inyectada en sangre, también sus ojeras son iguales, su gesto relajado y de tensión a la vez, su pelo de color paja, hasta sus labios hinchados son iguales.No son ellos, tal vez nunca lo hayan sido-.Está bien, no pasa nada, solo...Solo iré al puente. Tiraré un par de piedras y volveré a casa. Lo prometo, si estando mi padre estoy segura de que mi abuela estará bien-.Una risita de psicópata sale de mi y cuando veo que me devuelven la sonrisa desaparezco.
«Piensa, Amanecer, piensa» Eso es todo lo que se me viene a la mente, alguna parte de mi no para de gritarme, y siento que esa parte se encuentra debajo de mis costillas, porque no paro de sentir constantes puñaladas de dolor.
«Piensa, Amanecer, piensa desde fuera» Y por fin lo entiendo. Mi cuerpo solo me alerta de que me observan. Muy de cerca. Es hora de actuar, o como me decía mi padre, 'De escapar', porque al fin y al cabo estoy escapando de quién me persigue.
Salto del puente y corro. Mis pisadas no se oyen son casi tan silenciosas como mis sollozos. No hay nadie al rededor, ni si quiera siento la presencia del mundo en sí. Tardo un minuto en llegar a la casa de mi abuela, es de madera, muy vieja y hace tanto viento que las ventanas se abren y cierran, al ritmo de mis palpitaciones. Cuando abro la puerta ahogo unos cuantos sollozos más y me seco las lágrimas producidas por el miedo. Ya no hay de que preocuparse, estoy a salvo.
Y ahí está mi abuela en la cama con las sabanas bien estiradas, las cortinas blanquecinas y limpias, solo hay dos cosas que fallan. Mi padre, no está, pero no me importa. Le odio por ocultarme algo así. Y la sonrisa de mi abuela, que también se ha desvanecido y no hay presencia de ella.
-¿¡Amanecer!?-. Susurra alterada y me indica que me acerque. Oigo un constante ruido que sale de su pecho cada vez que respira.-¿Cómo has llegado aquí?
Noto que pestañea mucho para evitar las lágrimas.
-¿Qué pasa abuela?-.Le agarro la mano.
-Mane, hija mía, deja que te cuente una historia-Le cuesta respirar y tose con frecuencia.-Érase en la cumbre de los tiempos una guerra sin igual. En aquel lugar en medio de todo se libraba la guerra entre dos hermanos por liderar, pero como bien he dicho todo ocurría en medio de todo, eso causó todo el mal. Un día un hermano se cansó de luchar, y pensó que la mejor forma de liderar era matarlos sin más, y rodeó el campo de batalla de bombas apunto de estallar. Entonces sin saberlo consiguieron escapar y, tanto su ciudad como a lo que sus ojos podían llegar quedó inundado en una llama que el viento hacía avivar. Y tras destrozar todos los reinos del lugar los dos fueron condenados a no volver más, y sí, su pueblo no volvió jamas pero ellos dos fueron condenados a algo más. Tendrían que probar el fuego que tanto daño fue capaz de causar. Permanecieron en la hoguera mucho tiempo, casi sin respirar, hasta que dos aves del cielo echaron a volar. Un 'Roc' y un 'Fénix' con la misión de salvar. El 'Roc' le concedió las plumas de sus alas al joven hermano que con la guerra quería acabar mientras que se limitó a mirar al otro hermano que con sus bombas los hizo condenar. Y el 'Fénix' orgulloso sus lágrimas puso a gotear, sobre el joven hermano que con la guerra quería acabar mientras que se limitó a mirar al otro hermano que con sus bombas los hizo condenar-. Noto como cada vez respira más despacio.- Y...-Comienza a toser-Amanecer no hay tiempo ¡Te persiguen! Tienes que escapar, Mane, escuchame bien, no eres lo que piensan, 'Desterrados del destierro, en la miseria de la miseria' Tu eres...eres...jo joj-Está agonizando, lo sé, pero no puede dejarme así.
-¿¡Qué, abuela qué soy!? ¡Por favor!-.Digo interesada con prisa en la voz.
De pronto deja de respirar, sin más y lo único que queda en mi cabeza es un puñado de palabras: 'No, no puede, no, no puede hacerme esto'  Solo negación, pero por muy abiertos que tenga los ojos ya da igual, se que se ha ido.
Dejo de notar su calor y me aparto asustada. Un murmullo... La puerta se abre de golpe y me aferro a mi abuela para recordar: 'Te persiguen' la dulce y alertada voz de mi abuela tenía razón.La fallé. La fallé por no escapar y ahora solo me queda el cuerpo inerte de mi abuela y todos los recuerdos que se desvanecen junto a ella y a su calor.
-Acaba la historia, ten esperanza y el final llegará solo-. Un susurro, las últimas fuerzas de mi abuela se derraman en mi oreja, pero no consigo darle sentido.
Me sonrojo.
Me giro y ahí están, Sheila, Martin y alguien que no conozco y que estoy segura de que los pasos que antes escuché eran suyos.Se ocultaba en algún sitio. Y otro más con los mismos rasgos que Sheila, los mismos que Martin. Aparenta ser igual de joven que sheila 18 como mucho y por mucho que me niegue es bastante atractivo.
Seguido a esto todo ocurre muy deprisa. Intento abrazarme lo más fuerte posible a mi abuela, Martin me agarra de la cintura y le desgarro la cara a arañazos. No parece afectarlo. Tampoco me creo que sea el o en concreto un humano. Un humano no aguantaría semejante dolor de brazos cruzados, ni un humano ni nadie.
Me dan un golpe en la parte trasera de la cabeza y comiendo a ver todo como un borrón negro y rojo teñido con puntitos verdes, noto las mejillas frías y me ahogo con mi propio llanto. Me seco la cara como puedo haciendo uso de la tela, o puede que saco, que esta sobre mi.
-Tenemos que llevarla a la base ¡Vamos!
-Nos estará esperando Tris...-Se oye un golpe.
-Shhhh, no digas ese nombre, y menos delante de ella.
-Venga si no se entera...-Otro golpe.
-Cállate imbécil, y ya puedes rezar para que no pase lo que has dicho, si está el yo no voy, y no querría perderme un momento así...
Noto sus sucias manos acariciando mi pierna por debajo del saco y subiendo hasta mi entrepierna, por debajo del pantalón, y se que es el tipo que no conozco porque las manos de Martin son suaves, y estas son ásperas, lástima no poder moverme por el golpe, ese capullo se merece una patada en toda la boca.
De pronto toda su pierna se choca encontronada con mi costado y me produce un dolor agudo que no me permite saber si ha sido una patada o tres. Entonces vuelvo a notar esa sensación, un brillo, luz entrecortada, las palabras de mi abuela 'Escapa' y mucho sueño, tanto que no lo puedo evitar y cierro los ojos lentamente.
Algo está pasando.
«Piensa».

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